Hoy os hablamos sobre el acoso escolar, de las clave para detectar si nuestro hijo sufre acoso escolar y cómo actuar frente a esas situaciones de acoso escolar.
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¿Qué es el acoso escolar o bullying?
Según la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar debemos diferenciar entre conflictos puntuales entre los niños y acoso escolar o bullying. Por ello, debemos tener en cuenta una serie de requisitos para poder hablar de acoso escolar.
Requisitos para que exista acoso escolar
El primero de estos requisitos es la reiteración. Una o dos situaciones de maltrato, ya sea físico, verbal o psicológico no debe considerarse como acoso. Sin embargo, debemos estar alerta puesto que puede ser el comienzo del acoso escolar. No obstante, en el momento que se produzca ese maltrato una tercera vez entonces sí podríamos hablar de acoso escolar. Por lo tanto, una situación de maltrato o acoso escolar sucede si se ha producido tres o más veces en un espacio corto de tiempo.
Otro de los requisitos que se valoran es la intencionalidad. No obstante, aquí hay diversidad de opiniones ya que la intencionalidad es un término difuso y difícil de demostrar. Por ello, desde la AEPAE consideran que este requisito no debe ser delimitador para que exista el acoso escolar.
Por último, otro requisito técnico para hablar de bullying es que exista entre el agresor y la víctima un desequilibrio de poder. Sin embargo, este requisito tampoco debe ser excluyente, ya que una vez inmersos en el proceso de acoso la víctima va perdiendo progresivamente su autoestima y el agresor empoderándose progresivamente. A veces, cuando hablamos de maltrato psicológico este desequilibrio es difícil de percibir.
Cómo saber si mi hijo sufre acoso escolar
El bullying o acoso escolar, al producirse en los centros escolares muchas veces es imposible de percibir por padre y profesores porque el agresor encuentra los momentos de impunidad en los que no hay ningún adulto delante. Además, en muchos casos el acoso escolar traspasa las fronteras del centro para alojarse a través del teléfono móvil, internet y las Redes Sociales. En este caso hablamos de ciberbullying.
Por ello, es muy importante que los padres mantengan con sus hijos una comunicación abierta en la que haya la confianza suficiente para que los hijos puedan hablar con sus padres si esta situación de bullying se produce.
No obstante, es posible que esta confianza no se tenga y los padres tengamos que estar alerta ante los siguientes síntomas de acoso escolar:
- Cambios en su comportamiento.
- Cambios de humor, tristeza y/o irritabilidad.
- Trastornos del sueño. Le cuesta dormir o tiene pesadillas.
- Presentan cambios en su alimentación. Puedes perder el apetito o comer de forma compulsiva.
- Síntomas psicosomáticos como dolor de cabeza o de tripa sin ninguna causa que lo justifique.
- Presentan señales físicas de golpes o rasguños sin justificación plausible.
- Rechazo continuo a ir al colegio o instituto.
- Presenta problemas para relacionarse y se aísla. Puede no querer ir a las excursiones del centro o querer que alguien le acompañe a la entrada y a la salida del centro.
- Cambios bruscos en su rendimiento escolar. Es lógico ya que perderá el interés, la concentración y la atención.
Tipos de acoso escolar
1. Acoso físico directo
Se trata de un acoso escolar basado en agresiones físicas al cuerpo de la persona como empujones, golpes, lesiones u otras actuaciones que causen daño físico o avergüencen a la víctima.
2. Acoso físico indirecto
Este tipo de acoso escolar se centra en el hurto de pertenencias como material escolar o dinero. Por otra parte, también se produce este tipo de bullying cuando se rompen uniformes, pertenencias o material.
3. Intimidación o agresión verbal
El acoso verbal incluye todo tipo de insultos, burlas, apodos humillantes, palabras despectivas, comentarios de odio, etc. Este acoso escolar se centra principalmente en las características físicas de la persona acosada, llegando a influir en su autoestima y autoconcepto provocando secuelas psicológicas difíciles de curar.
4. Intimidación social
En este tipo de bullying se pretende dañar la reputación social de una persona por medio de la humillación ya sea con hechos verídicos o calumnias. Es muy típico en este tipo de acoso difundir rumores, miradas despectivas o burlonas, bromas desagradables,…
5. Exclusión social
Se relaciona con el anterior pero se centra en un rechazo intencionado de la víctima para que no participe en tareas conjuntas, actividades o juegos en equipo, etc.
6. Acoso cibernético (ciber bullying)
También conocido como ciber acoso o ciber bullying. Se caracteriza por trasladar a internet o redes sociales todas las manifestaciones de acosos. Este tipo de acoso resulta realmente agotador e invasivo para víctima ya que no tiene ningún momento de descanso y además, la repercusión tiene mucho más alcance.
7. Acoso sexual
Aquí, las agresiones se producen directamente mediante insinuaciones o contactos con cierta discreción hacia alguna parte del cuerpo con fines sexuales.
¿Qué hacer si mi hijo sufre acoso escolar?
Si eres consciente de que tu hijo/a es víctima de bullying es importante que sigas los siguientes pasos:
- Establece un canal de comunicación con tu hijo/a.
- Es muy importante que refuerces lo valiente que es al contarlo.
- Mantén la calma y escúchalo en todo momento. Préstale toda tu atención.
- No lo invadas con preguntas excesivas ni conviertas la situación en el mono-tema familiar. Pero es importante que conozcas detalles como quién es el agresor, desde cuándo ocurre, qué tipo de agresiones son, quién conoce de esas agresiones y, muy importante, debes saber cómo está tu hijo.
- No lo culpes, ya sea directamente o con preguntas sobre su capacidad para enfrentarse a los agresores o por no haberlo contado antes.
- No le aconsejes que se pelee.
- Explícale claramente las distintas soluciones al problema y cómo se va a proceder.
- Es muy importante que acudas rápidamente al centro educativo para que ponga en funcionamiento el protocolo al respecto. También es importante que te informes de las actuaciones que se van a realizar y que te asegures que se corresponden con la situación de acoso de tu hijo.
- Si existe agresión física es importante que acudas al hospital y rellenes el parte de lesiones para proceder a la pertinente denuncia en la policía. Si se trata de ciberacoso debes notificarlo a la policía para que lo ponga en conocimiento de la unidad de delitos tecnológicos.
- Por último, si la ansiedad o el miedo que sufre tu hijo es muy alto, es muy importante que acudas a un profesional para ayudarle a superar las lesiones psicológicas y emocionales que la situación le haya podido causar.
Claves para actuar frente al acoso escolar
No existen claves únicas ni exclusivas para atajar la problemática del acoso escolar ni el ciberacoso, sin embargo desde la perspectiva como padres, como centro escolar y aún más importante desde la dualidad en las intervenciones podemos tratar de solucionar un problema que lleva siendo un lastre en nuestro entorno educativo y sociedad desde hace ya décadas.
Una de las claves fundamentales que tanto desde el centro escolar como en la familia podemos trabajar y poner en marcha son las habilidades sociales, para el centro escolar recomendamos la implementación de acciones tutoriales en el primer curso de la educación secundaria, donde los jóvenes empiezan a manifestar actitudes de maltrato y acoso con más facilidad. Estas habilidades deben ponerse sobre la mesa de la actividad docente a lo largo y ancho del curso escolar, y deben estar vigiladas para su consecución.
En el plano familiar promover estas habilidades sociales puede ayudar a generar un clima sano de comunicación con nuestros hijos. Algunas de las Habilidades Sociales que debemos tener en cuenta en la escuela y cultivar dentro de nuestras casas son:
- La escucha Activa: no es lo mismo oír que escuchar, y saber escuchar bien forma parte de una de las piezas fundamentales de la comunicación humana.
- Asertividad: Expresar nuestro punto de vista mientras respetamos la opinión de otros.
- Empatía: La capacidad de ponerse en el lugar del otro, saber lo que siente, y lo más importante, sentirlo.
- Respeto: respetar las creencias, valores e ideas de nuestros interlocutores, y sentir que él hace lo mismo.
- Compasión: Nadie es perfecto, y como todos nos equivocamos alguna vez, ser compasivo es clave para tratar con los demás.