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Hijos adolescentes. 10 consejos para mejorar nuestra relación.

Mantener una buena relación con nuestros hijos adolescentes es una tarea complicada, lo sabemos. 

Por ello, te dejamos 10 consejos que te ayudarán a mejorar esa relación.

En La Pizarra en Casa sabemos que tu hijo se ha convertido en adolescente cuando él o ella:

 

  • Se enfada por cosas que nunca han sido un problema.
  • Se niega a hacer lo que le pides.
  • Accede a hacerlo y luego (sin querer) se «olvida».
  • Niega que haya acordado algo.
  • Dice «¡No lo entiendes!» al menos dos veces al día.
  • Te insulta en voz baja.
  • Se burla de ti en la cara.
  • No te devuelve los mensajes de texto y luego jura que no los ha recibido.
  • Da portazos, grita, ruge y llora con frecuencia.
  • Ya no es tan divertido vivir con él/ella.

Los expertos solemos decir a los padres de chicos y chicas adolescentes: «No te tomes sus palabras o su comportamiento como algo personal». Un consejo estelar. ¿Realista? Quizás no tanto.

Nosotros queremos un abrazo. Ellos quieren romper cosas. Intenta no tomártelo como algo personal.

Entonces, ¿Cuáles son nuestras opciones?

  1. Seguir luchando para que cambien.
  2. Cambiar nosotros y darles espacio a los adolescentes para que se vuelvan más humanos.

PISTA: La respuesta más sensata es la opción 2.

10 consejos para mejorar la relación con nuestros hijos adolescentes a partir de hoy:

#1. Recuerda que tú eres su padre/madre.

Tu trabajo es preparar a tu hijo/a para que se convierta en un adulto independiente y plenamente funcional. 

Ser un mentor claro y compasivo es mucho más importante que ser el amigo de tu hijo. 

De todos modos, ellos no necesitan tu amistad. Lo que necesitan es tu liderazgo moral. 

#2. Mantén la calma en momentos de estrés.

Nada se resuelve cuando estás demasiado estresado para pensar. Si no puedes responder racionalmente a algo que hizo tu adolescente, tómate un descanso hasta que puedas hacerlo.

#3. Habla menos y escucha más.

Al igual que nosotros, los adolescentes quieren que se les escuche con respeto. Tienes que ser siempre una persona «segura» y disponible para que tu hijo hable. 

Eso no significa que tengas que aceptar o estar de acuerdo con todo, pero dejar que tu hijo adolescente hable abiertamente (sin interrumpir), le da la oportunidad de escuchar sus propias ideas en voz alta. 

También le permite conocer sus puntos fuertes y sus limitaciones a la hora de resolver problemas. Puedes usar eso para ayudarles.

#4. Respeta los límites.

A menudo es un reto para los padres conceder a sus hijos adolescentes cada vez más privacidad y autonomía. 

Pero para desarrollar el buen juicio, necesitan muchas oportunidades para cometer errores y aprender de ellos. 

Que cometan errores es animarlos en su aprendizaje.

#5. Siempre están vigilando.

Quieres que tu hijo sea digno de confianza, responsable, honesto, resistente y de buen corazón. Asegúrate de modelar esos valores en tu propia vida.

#6. Deja claras tus espectativas.

Cuando los niños conocen tus valores fundamentales, han aceptado las normas familiares y son conscientes de las consecuencias de su incumplimiento, es más probable que tomen decisiones más saludables en la vida y en Internet. 

No hay garantías, pero tu voz estará en su cabeza.

#7. Atrapa a tu hijo/a en el acto de hacer algo bien.

A los adolescentes les cuesta tener confianza en sí mismos. Cuando no se están echando encima, sus compañeros pueden hacerlo por ellos. 

No te sumes al coro de la negatividad. Busca activamente las cosas que tus hijos hacen bien. 

Tus elogios demuestran que te fijas en algo más que en sus defectos.

 También aumentará sus sentimientos de competencia.

#8. Se realista.

Los padres no siempre sabemos lo que hacemos. Admitamos nuestra propia confusión y nuestros errores. 

Pide disculpas cuando sea necesario. Demuestra a tus hijos que, al igual que ellos, tú también eres «un trabajo en progreso». 

Eso es todo lo que cualquiera  puede esperar de nosotros mismos y de los demás… el progreso, no la perfección.

#9. Tiempo de desconexión en familia.

Cocinar. Comer. Caminar. Montar en bicicleta. Jugar a los bolos. Lo que sea. 

La cuestión es: relajarse juntos sin pantallas de por medio es un regalo.

#10. Alégrate.

El humor es un gran desestresante. Recuerda que nadie es un adolescente (o padre de uno) para siempre.

Cuéntanos, 

¿Qué has aprendido de tus hijos adolescentes que te haya ayudado como padre y como persona?

 ¡Os leemos!